Notas al respaldo

El libro "El desierto prodigioso y prodigio del desierto" de Pedro Solís y Valenzuela, se puede nombrar como la primera novela hispanoamericana escrita por un criollo a mediados del siglo XVII, dando lugar, entonces, a otras formas de creación. En Pedro Solís, encontramos la leyenda de Pedro Portel, el hombre que estuvo 36 días en el infierno, narrada por Arsenio que, a su vez, esta regida por un lenguaje con características barrocas. Desde el primer momento: emplea recursos de exceso, de realce, arabescos, que llevan un juego armónico en la prosa, un ritmo que retumba en los recovecos del cráneo. Pedro Solís y Valenzuela cuenta la leyenda de Pedro Portel a través de Arsenio, situando al personaje dentro de un contexto determinado, una posición y un clan familiar que habla de toda la generación del labrador de la Villa de Tordera. Una mala acción de un Notario, muerto ya, años atrás, revive una deuda del Padre de Pedro, que sobrelleva él. Ministros y justicia le confiscan sus bienes; acción que lo lleva a viajar hacia Cruanias a cobrar una serie de pequeñas deudas. Aquí, entretanto, inicia su viaje mientras se humaniza por completo. Y así, a través de la lectura nombramos nuestro mundo, a veces, también lo innombrable.

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Góngora, por otra parte, toma personajes clásicos y los ubica en un contexto diferente. Transgrede, dialoga con la ciudad, reconoce el campo, el río que nunca, noche tras noche, se detiene. Se nutre de visiones de la literatura medieval, porque durante el siglo XVI la lectura creció a costa de los “Libros de caballerías” conocidos, pues, como la primera literatura popular desarrollada en España. Estas novelas, semejante a los sonetos de Góngora, reviven las pasiones medievales: costumbres populares, elementos fantasiosos, el camino como forma de mostrar al héroe sin todas sus máscaras porque, poco a poco, se muestra de distintos ángulos de proyección. En Góngora al igual que Mozart con la obra La flauta mágica,  piezas que posee un barroquismo acentuado, posee una belleza invisible por su oscura complejidad y maravilla.